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DIVISION DEL OCOTPEC PREHISPANICO

Este poblado se dividió en cuatro barrios. Sus nombres actuales son escritos a continuación, seguidos de su denominación original en náhuatl. Ocotepec está en el centro de la imagen y los cuatro sectores en cada esquina.
A continuación unas notas muy interesantes sobre los barrios, según el libro “Cuernavaca, sus poblados…” citado en la bibliografía, y que me fue amablemente facilitado en la biblioteca “Quetzalcóatl” de Ocotepec.




El barrio de Santa Cruz. Xalxokotepazola






El barrio Candelaria. Tlanehui




“Los tlahuicas del Sureste del “Cerro de los Ocotes” tenían un Teocalli sobre una base piramidal en donde se adoraba a “la luz del nuevo amanecer” (Quetzalcóatl).
“Se especula que los monjes franciscanos… argumentaron a los nativos que la luz que adoraban no tenía esencia divina, sino que el verdadero Dios (Jesucristo) realmente se manifestaba en otra luz, la que emanaba de una candela que siempre permanecía encendida en al mano de su madre, la Virgen María”.
“Y así surgió el culto a la Virgen de la Candelaria y la motivación para emprender la construcción de una capilla del mismo nombre.Con las piedras de la pirámide donde se adoraba a la deidad pagana se levantó esa capilla, hoy ubicada en la esquina que forman las calles Galeana y Leandro Valle”
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El barrio Tlacopan. Los Ramos



Los pobladores del antiguo barrio de Tlacopan eran diestros en el trabajo artesanal con bejuco, material prima que abundaba en el noroeste del cerro, elaboraban cestos, canastas, chiquihuites.Aprovechando esto, los frailes españoles inculcaron a los lugareños la idea de que las varas y ramas que utilizaban en sus trabajos artesanales, tenían significación religiosa, estaban relacionadas con la entrada triunfal del hijo de Dios a la ciudad de Jerusalén, en donde sus habitantes lo aclamaron con los “Ramos de Palmas” que también son empleados en la cestería. De esa estirpe cristiana viene el nombre de este barrio”.


El barrio Culhuacan. Dolores



Se dice que los habitantes originales del barrio de Culhuacan eran –curanderos- que atendían y sanaban enfermos con herbolaria…”
“También se asegura que los franciscanos difundieron entre los aborígenes que, en el ejercicio de la medicina, el sufrimiento era el ingrediente por excelencia.
Además enseñaron que el dolor es parte indispensable de la esencia humana y divina, porque Jesús, el hijo de Dios hecho hombre, lo padeció intensamente en la cruz, y su Madre contempló dolorosamente su cruel crucifixión. Así, en este barrio se estableció como adoración principal a la Virgen y el Señor de los Dolores”
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