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UN ENCUENTRO DRAMÁTICO

Los tlahuicas fueron una de las siete tribus que salieron de Chicomoztoc, y vinieron hacia este territorio. Como grupo organizado tomaron estas tierras, se deshicieron de los antiguos pobladores diseminados en el área, y se mezclaron con las familias del destruido Imperio Tolteca.
Después de batallas y alianzas, los tlahuicas comenzaron a pagar tributo a los mexicas, quienes llegaron a dominar este territorio. En la segunda década del siglo XVI, los mexicas enfrentaron a la poderosa alianza de españoles con pueblos insatisfechos como lo eran los totonacas y los tlaxcaltecas, quienes se unieron a las fuerzas de Cortés y así derrotaron a los mexicas.


Cortes había visto que en Cuba fue una mala idea exterminar a los nativos pues eran necesarios para el desarrollo económico y productivo de la colonia, así que en la Nueva España él permitió la mezcla de razas (prohibiendo inicialmente la llegada de mujeres españolas a estas tierras). Él solicitó que los nativos permanecieran libres de castigo por parte de la Inquisición y que los productos de la alimentación nativa básica, como el maíz, chile y frijol, se produjeran en suficiente cantidad para alimentar a la población con lo que estaban acostumbrados.

Los rangos sociales, la gastronomía, el vocabulario, las festividades, el paisaje, la producción, los recursos medicinales, todo empezó a ser novedad al mismo tiempo, en distintos sentidos, a veces limitados, en otros limitando o substituyendo, pero al final, creando un nuevo concepto, y construyendo un nuevo mundo.

Toda esta mezcla, trajo una rica combinación de ideas, de rituales, de métodos y de expresiones.
Algunos de ellos serían cambios forzados, incluso brutales. Otros ajustes serían producto de encuentros interesantes, adiciones espirituales, y principalmente, la filosófica manera de adaptarse y entender la vida.

Una de las resultantes de esta mezcla de culturas, es precisamente la manera actual de festejar el Día de Muertos.